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ALMA SAYAGUESA
HUBO UN PLANETA LLAMADO TIERRA

(Fantasía de un marciano)

Por el ignoto espacio sin medida,
palpitante de astros,
giraba un pequeñísimo planeta
perdido y apagado.
Entre los ígneos mundos colosales,
de gigantescos mundos centro y faro,
aquel planeta oscuro y casi frío,
llamado Tierra, apenas era un átomo:

Un átomo de polvo encadenado
rodando en el abismo iluminado.

Pero en su blanda costra
encendióse la llama de la Vida,
y aparecieron, toscas y fantásticas,
las plantas y las bestias primitivas.
Las ruedas de los siglos recorrieron,
lentamente, distancias infinitas. . .
Y surgió, al fin, un ser alto y peludo,
armado con un hacha paleolítica,
que luego se llamó, orgulloso, hombre,
y fue acaso un pariente del gorila.

Y el átomo de polvo encadenado
rodaba en el abismo iluminado.

Estos groseros bípedos
inundaron las rutas del planeta,
y, en lucha con las bestias más feroces,
"vivían de la caza y de la pesca".
Pero también los hombres, entre ellos,
lucharon implacables como fieras.
La historia toda de la humana especie
avanza entre las ruinas de la guerra,
y el progreso gatea, salta y sube,
renaciendo de mares de osamentas.

Y el átomo de polvo encadenado
rodaba en el abismo iluminado.

Siglo a siglo, la raza de los hombres,
su cultura y barbarie superaba.
Crecían los horrores de las guerras
con la eficacia de modernas armas.
La voz de los cañones fue empujando
al polvo del museo las espadas.
Y en el cénit del histerismo bélico,
los sabios -ciencia que a la ciencia mancha-
crearon un diabólico explosivo
que de muerte a la Tierra amenazaba.

Y el átomo de polvo encadenado
Los hombres poderosos y terribles,
en dos bandos gigantes divididos,
juntaron odio y fuerzas destructoras
para arrasar de un golpe al enemigo.
Pero el planeta oscuro que habitaban,
que sus luchas sufrió cientos de siglos,
girando entre los astros colosales,
un día.. tembló en el infinito.
Tembló... Ardió como una débil chispa
y se deshizo sin dejar vestigio..

Y el átomo de polvo encadenado
se extinguió en el abismo iluminado.

M. Gejo

MANUEL GEJO