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ALMA SAYAGUESA
LOS GITANOS

SOLITARIOS y errabundos,
igual que parias malditos,
van marchando los gitanosí
por los campos y caminos.

Sobre grandes carruajes,
en caballos y en borricos.
—todo viejo y arruinado—,
marchan padres, madres, hijos.

Llevan el soplo del viento;
sobre sus rostros curtidos;
andan tejiendo canastost
sin rumbos y sin destino.

Entonan viejas canciones,
como romances antiguos,
y visten míseras ropas¡-
en el invierno y estío.

Todos los climas y soles
sus cuerpos han conocido:
sus flacos y largos cuerpos
que son de bronce rojizo.

¿Adonde van los gitanos?
¿Dónde está el fin del camino?
¿Por qué vagan y qué buscan
en su andar de tantos siglos?

"Van marchando, van marchando
igual que parias malditos."

Se detienen en los pueblos
con sus trastos y borricos,
y otra vez al día siguiente
se alejan sin rumbo fijo.

Cuántas noches los encuentran,
sobre los campos perdidos,
esas tormentas terribles.
que dan miedo, que dan frío.

Cuántos días, sin un árbol,
el sol con su ardiente disco,
los ahoga y los consume
y hace maldecir su signo.

Cuántas noches en la senda,
hambrientos los pobrecillos,
a sus padres sollozando
piden pan los gitanitos.

¿Se detendrán algún día
en algún valle florido
para plantar en el surco
espigas y un hogar tibio?

Mientras tanto van marchando
igual que parias malditos.

M. Gejo

MANUEL GEJO