I Cuando pasas

Cuando pasas morena por mi puerta,
con tu pie que acaricia donde pisa,
el corazón, detrás de la camisa,
como un pájaro alegre me despierta.

Cuando pasas tan plena y tan abierta,
flameando la flor de tu sonrisa,
se desata mi sangre en loca prisa
y después se me estanca medio muerta.

Los ojos se me escurren como peces,
se me escapan detrás de tu hermosura,
imantados al aire en que te meces.

Y por la calle, que al irte queda oscura,
vuelven ciegos, cayendo muchas veces,
cual dos perros vencidos de amargura.


II Cuando llegas

Caen las hojas de los días,
y me aumenta la alegría
pensando que has de venir.

Y cuando llegas a casa,
la alegría se me pasa
pensando en que te has de ir.

M. Gejo