Por un sendero tortuoso
caminan José y María,
andando van presurosos
pues ya la noche venía.

A Belén de Judea llegan
ateridos por el frío,
pidieron alojamiento
pero no le dan cobijo.

Encontraron una cueva
y la toman de posada,
para llenar de ilusiones
a una Madre esperanzada.

La engalanan con mesura,
dejan la estancia apropiada,
adornada de guirnaldas
y lucecitas de plata.

José, como es carpintero
una cunita prepara,
con cascabeles que suenan
musitándole una nana.

Al calor de una fogata
entre dolor y esperanza
nace un Niño chiquitito
que alumbra toda la estancia.

Rizado tiene el cabello
es como el sol de dorado,
sonrosadas las mejillas,
los ojos son azulados.

Será el Salvador del mundo
el que traerá la templanza,
para que todos tengamos
gran fortaleza y confianza.

La noticia se difunde
a través de querubines,
que por medio de trompetas
se oyó en todos los confines.

Tan grande fue el regocijo
entre los propios aldeanos,
que ofrecieron orgullosos
lo mejor de sus rebaños.

Una estrella se divisa
con abundantes destellos,
la siguen los Reyes Magos
a lomos de sus camellos.

Vienen de Oriente lejano
con unos cofres cerrados,
para hacer entrega al Niño
después de haberle adorado .

Diciembre/10

Fdº: Mª Ángeles Blanco Diego