A la feria de Sevilla
he venido a conocer
para contarles señores
sensaciones que observé.
Espectacular sorpresa
difícil de describir
por tantos y tan variados
momentos de frenesí.
Por el Real de la Feria
variedad de colorido
en las calles y casetas
que forman el recorrido.
Farolillos de colores
engalanan el recinto
con multitud de bombillas
que relucen con delirio.
La noche del alumbrado
emoción y regocijo,
las señoras adornadas
con mantones selectivos,
los señores buenos trajes
para momentos festivos.
En los días posteriores
los vestidos de “gitana”
eran parte de las fiestas
formadas en las casetas
para bailar sevillanas.
Los enganches con cocheros
y caballos enjaezados
paseaban a las damas
vestiditas de flamencas.
A la grupa de sus jacas
llevaban a señoritas
disfrazados caballeros
con zajones y sombrero.
La comida consistía
en pescadito variado
con un fino bien regado
que alegra a la concurrencia.
Los momentos importantes
los celebran los amigos,
compartiendo todos juntos
sensaciones abundantes.
En los días de la Feria,
cantidad de carruseles
con verbenas animadas
para todos los mayores
y también los churumbeles.

”Hasta la próxima”
Y
¡VIVA LA FERIA!

Abril/05
Mª. Ángeles Blanco Diego