YO ELEGI AL MARIDO
¿Quien no ha soñado y construido castillos en la arena en su juventud y al
lado del primer amor? yo no fui la excepción y junto a mi novia (Amelia)
pusimos los cimientos a ese (castillo) y hasta tocamos el cielo con las
manos soñando un futuro de esperanzas que una pos-guerra nos gambeteaba y
encontramos una salida en la emigración, después nos juntaríamos donde
fuera, cuando ya pudiera comprarle un vestido y unos zapatos nuevos para
que nada le faltara el lugar elegido en común era Argentina. Después de 45
años recuerdo aquel barco anclado en Vigo que al entrar compare con mi
pueblo de Roelos y aquel mar que la mayor extensión de agua que yo había
visto era una (charca o rivera), me dieron ganas de reclamar mi pesada
maleta y salir corriendo hacia atrás, pero era derrumbar el (castillo) que
juntos habíamos soñado.
Las cartas iban y venían (no había Internet) lo hacían por barco porque por
avión eran mas caras, ya teníamos una parte solucionada para comprar el
vestido y los zapatos pero entre nosotros había un muro imposible de
saltar, para ingresar en Argentina se necesitaba un pariente directo que la
reclamara y un contrato de trabajo por 3 años, pasaron días, meses, años
hasta que en común acuerdo llegamos a pensar en rehacer nuestras vidas por
distintos caminos a 13.000Ks. de distancia por un (antojo) de las leyes
Argentinas.
Me llega este recuerdo después de 45 años cuando encuentro a mi actual
esposa revisando un álbum de fotos donde eligió dos y me dijo ¡es para
ampliarlas y hacer un cuadro juntos! aquí entendí todo, ya no me acordaba
que ella no había tenido traje de novia ni luna de miel, nos miramos a los
ojos nos dimos un beso sin darnos cuenta que Belén y Fernando (nuestros
nietos) se reían desde un retrato colgado en la pared, la que buscaba las
fotografías era Amelia , la que quedo detrás del muro que nos separaba,
entre Roelos y Argentina.
Ahora recuerdo que alguien me dio la idea de que legalmente podríamos
casarnos a la distancia, simplemente yo tendría que nombrar un familiar con
poder notarial que me representara en el acto, de casamiento y seria el
primer tramite para entrar legalmente en Argentina reclamándola como
familiar directo, mi segundo padre Germán Panero cumplió esta misión, esta
fue nuestra aventura que titule YO ELEGI AL MARIDO DE MI ESPOSA, esta fue
otra historia de emigrante que no es un ejemplo es simplemente aprovechar
la ocasión para contar lo que a tantos le ha ocurrido y no pudieron
hacerlo. TIERRAS DE SAYAGO es una página para aprender a quererla y en ella
dejo una historia mas de las miles que tiene.
Jesus Panero