Tuvo mi paso plata de escamas,
lastré bolsillos cogiendo moras…
(mica arenada)

anduve el camino oliendo la jara,
viviendo vidas, rumiando historias.

Brindé a la encina mi primer beso,
fueron testigos mirlos y ramas…
(guardan secreto)

niño que pronto dejó de serlo
jugando a roble siendo retama.

Fue la ribera cobijo de almas
en noches negras llenas de estrellas…
(coro de ranas)

yaciendo en musgo, mullida cama,
soñando lunas, palpando tierra.

Supo mi boca a polvo de paja,
gusto de agosto montando trilla…
(niebla dorada)

bueyes que sueñan hierba mojada,
viejos que mascan granos de espiga.

Dejó el cigüeño el plumón del nido,
voló a posarse a las altas rocas…
(sucio granito)

soltó la loba su agudo grito;
lo oyó la oveja y volvióse loca.

Campana vieja, tu voz no cambia.
Murió mi burro, cayó el cortino…
(bronce que canta)

ya no hay alfares ni quedan mantas,
eres lo último que aún está vivo.

Sergio Aguilar