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ALMA SAYAGUESA
El molino

El agua descansa en tu presa
humedeciendo la greda.
Llora tu ausencia mi artesa
...y tú rueda que rueda,
con el aire a tu vera.

El mirlo se posa en tu puerta
aferrado a la cancela,
cantando trinos con fuerza
...y  tú rueda que rueda,
con el aire a tu vera.

Regala el dorado la arena
que reposa en la vereda;
el horizonte se quema
...y tú rueda que rueda,
con el aire a tu vera.

Nadie arregla canalejas,
nadie a la tolva alimenta
y en la apagada rivera
de brevos grises y crema
nadie arranca baliagueras.

El óxido te hace penas:
sus polvos ocres fermentan
sobre tus viejas cadenas.
!Y tú rueda! !Que no ruedas!
Y el aire sopla a tu vera.

La cascadita jadea
por la estrecha canaleta
y el rodezno se menea
chillando como alma en pena.

Nadie enciende tus candelas
ni tu farnal adecenta...
y de tus ruinas de piedra
nacen cinco ramas tiesas
de una lápida de higuera.

...Y tu rueda !ya no rueda!
Y el aire así lo lamenta...

Sergio Aguilar




Sergio Aguilar