Entre la verde vista que oteo en mi prado,
y el azul caprichoso que llena el cielo.
Entre el duro vivir siempre cansado
y el despertar tranquilo en la mañana,
brillan los sueños siempre acompañados
de ilusiones perdidas y deseos.

Cantan las divas cosas de divas,
muerden los perros huesos y palos,
y entre la verde vista de este mi prado
siento en mis carnes temblar mi ego.

Muerto de rabia quiero ser perro
y ladrar al viento mi descontento
Muerto de frío como en invierno
tiemblo de miedo y de sufrimiento.

Tan sólo una cosa me anima el alma,
tan sólo una cosa me alegra el día,
tan sólo tus ojos claros evocan
recuerdos guardados en mi memoria:

días alegres de algún verano;
jornadas dichosas... dichosas horas;
momentos felices que son fugaces,
que los segundos gastan y ellos se borran.

Entre la verde vista de aquel mi prado,
reluce mi amor navegando en las sombras. 

Sergio Aguilar