Como las veces que miras por la ventana,
como los días que pasan con aguaceros,
como un chupa-chups de menta azul sin palo
envuelto en albal de olor caramelo,

como unas gotas frescas de rocío
caído de mañana, de cristal abombado,
atrapadas en la tela de un mantel frío
puesto a secar y en cuerda bien colgado,
así estoy yo, por tu amor rendido.

Atravesado por todo, perdido ante nada,
como brújula vieja hundida en el río
pendiente del tiempo, quizás olvidada, 
segura de saber siempre su camino.

Quizás sea el aire, quizás sea el vino, 
quizás sea tu ojo que miraba al mío,
quizás fuera nada, tal vez fuera el río 
formado por gotas frescas del rocío 

que pierden su forma caídas al suelo 
escapando de la tela de un mantel frío,
mojando el albal de olor caramelo,
dejando así la tela limpia y seca
y a mi amor bien colgado y bien tendido.

Así todos los días, de mañana,
la luz refleja flores en tu cara
y corren por tu piel escalofríos. 

Sergio Aguilar