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ALMA SAYAGUESA
Soy sayagués

No tengo nada que ver
con el Sol crepuscular
de un atardecer porteño.
Me reconozco en aquel
cuyo rostro especular
cae al agua de un barreño.

Soy mirada al infinito,
dominador de la encina,
compañero de amapola
y bramo sin hacer ruido
dejando el alma tranquila
llena de agua y musgo sola.

No defiendo lo intangible,
lo irreal ni lo improbable.
No pretendo la utopía,
sólo soy un ser sensible
y aunque sea irremediable
mi fin es la luz del día.

Mi tierra es roca y arena,
mi pueblo es pozo y es mora,
pobreza que come pastos,
su oro son trigo y avena,
su futuro mi alma llora,
y su voz, la voz del rayo.

Sigue su rumbo serena
por las tierras de Zamora
la sombra del Sol: Sayago. 

Sergio Aguilar






Sergio Aguilar