Muchos van y pocos vienen
“La magia de Sayago estaría –si yo lo interpreto
bien- en la emoción que provoca en cada uno la belleza
de las cosas.” (Anónimo)
¿Sabes, Abuelo…?
No puedo dejar de mirar al cielo,
de pensar en las estrellas,
de imaginar con las cigüeñas…
es un ir y venir de mi cara,
un movimiento siempre al alza
(“alzo mi mirada”)
y no lo puedo salvar…
¿y en qué te hacen pensar
esas estrellas y esas cigüeñas?
En los que van y vienen,
en las más y en los pocos,
en lo que abunda y en lo que falta…
en los que se van para siempre,
y en los que vienen a pasar una temporada.
Así es la vida, una estancia…
como el día y la noche,
como el amanecer y el atardecer,
y el único recuerdo que dejas es tu huella en la tierra…
una lápida de piedra,
y una cruz de madera,
adornadas de flores
con distintos colores…
Cristina Lázaro Prieto
Mayo, 2010
