Ya no habrá mas maullidos
Cuando llegue, ya no tendré que buscarte,
porque sé donde estarás,
ya no buscaré entre las tejas,
esperando a que tú aparezcas.
Porque sé que no lo harás…
Ya no tendré que llamarte para que vengas a cenar,
porqué sé que no vendrás,
ni estaré preocupada por tus días de ausencia,
porque sé, que ya no regresarás.
Ya no subiré las escaleras,
para sentarme a contarte mis penas,
porque sé,
que allí no las escucharás.
Quizás me puedas ver y oír,
pero ya no vendrás corriendo,
para saltar sobre mí,
y juntar tu hocico con mi nariz.
Ya no te escaparás de mis brazos,
porque ni siquiera subirás,
ni te tiraré comida bajo la mesa,
porque ya no la probarás.
Tampoco saldré a buscarte a la calle,
ni me sentaré a esperarte,
ya no te veré echada en tu cesta,
ni tomando el sol sobre las peñas.
Ya no me asombraré de tu equilibrismo,
sobre la puerta y la escalera,
ni te veré por la ventana,
cuando levante la mirada.
Ya no verás mas esa escoba,
que tú pensabas que era mala compañera,
ni te calentarás bajo las faldillas,
antes de la primavera
Ya sólo te veré en mi cabeza,
y te recordaré en el corazón,
por eso, adiós, Micifú, adiós
porque ya no, ya no…
Cristina Lázaro Prieto.
Bermillo, Noviembre de 2007
