Inicio
ALMA SAYAGUESA
DE CASTA LE VIENE AL GALGO
DICEN: "DE CASTA LE VIENE AL GALGO" Y YO VENGO DE ¡Q'...ASTILLA!

Yo nací de esta manera:
allá en Peña Raposera
de la raíz de una encina,
nada tengo de felina
aunque raposera era.

A la encina di alimento
muchos años, ¡más de ciento!
Mi vida fue en sepultura,
mi sabor, todo amargura,
hasta que llegó el momento,

que el dueño, trabajador,
entre fatiga y sudor,
con ahinco, coraje y ganas,
me ha sacado al exterior
unida a otras hermanas.

Y en un montón de raíces
estando la encina en pie,
mi escultor no sé por qué
me vio zorra y sin narices
(que lo pensado así fue)

Y con la fiebre de artista
y la ilusión de poeta,
no tardó en dejarme lista
para verme a simple vista
y creerme zorra completa.

Porque creo que mi figura
se asemeja solamente
a una zorra y no a una gente,
(¡o tal vez a otra criatura
de feroz garra y buen diente!)

Y acabé el tiempo feliz
medrando en Naturaleza,
me hizo zorra de raíz
y me dejó...,¡de una pieza!,
con un fallo en la nariz.

Y aunque antes dije el artista,
el poeta, el escultor,
solamente es un pastor
incapaz de seguir la pista
a otra alimaña mayor.

Y una vez ya bien tallada
con la navaja y la azuela,
fijándome la mirada
así pensó: (aunque me duela):
“¡Pues si no es zorra, no es nada!”

Y después... me llevó a casa,
y luego al día siguiente,
con la fiebre aún, ¡en caliente!,
pues ya saben lo que pasa...,
me presentó a alguna gente.

Y algunas de las honradas
de mi arte enamoradas,
(sin que el dicho por ahí corra)
ya le han dicho entusiasmadas:
“¡Tienes que hacerme otra zorra!”

Y el artista sonríe
muy socarrón
y piensa de corazón:
“¡Quién con ellas se líe
qué perdición!”

Pues para nada no valgo,
pero pensar que soy algo
me ensalza y enorgullece
¿Pues quién a mi se parece?
¿Seré perro? ¿Seré galgo?

¿Seré turón?
¿Seré garduña?
¿Seré ardilla?
¿Seré león?...
(¡Pero nunca Cataluña
y sí q’...astilla!)

Parezco sí, un bicho fiero,
parece que soy felina...
¡Y a la sombra de una encina
jamás me comí un cordero
ni siquiera una gallina!

Aunque siempre estoy igual...,
si horizontal,
voy andando,
si vertical,
voy trepando.

Parece que estoy despierta,
parece que estoy alerta,
parece sí... y luego ¡nada!...
¡que tengo la boca abierta
y que la tengo cerrada!

Y todo el mundo a la raposa
la tiene por engañosa,
pues de mi pueden fiarse
y nadie puede engañarse
que en mi no existe tal cosa.

El autor dijo en verdad
lo que soy en realidad
y la cosa es muy sencilla,
pues da la casualidad...:
“¡De tal palo... tal astilla..!”

Y ahora es mi deseo
el de entrar en un museo
y por desgracia no quepo
porque sujeta me veo
sin desprenderme del “cepo”.

Abel Felipe
Junio, 2010

Abel F. Pordomingo