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ALMA SAYAGUESA
¡AY NIÑO!

¡Quién Pudiera!...
Correr por tus callejuelas
con inocente alegría
y aquella algarabía…
¡Como antaño!
¡Epa!… ¡Niño!
No le tires piedras al gato (!)
No seas… malo
y ve a casa.
¿No tienes frío?
¡Mira que cara!
Anda, vete ya.
¡Mira qué manos…!
¡Anda y ve…!
… que estás baldao de frío.
Prepara una lumbre
con unos tocorros
y unos manojos
… y caliéntate.
Asa con el abuelo,
un buen trozo de pestorejo.
¡Di a tu madre
que te haga…
unas sopas de ajo!
Con pimentón
y unas patatas.
¡Qué no se le olvide…
De manteca
una cucharada
y las migas del pan!

… Lentamente en las cortinas.
La recién nacida cebada,
se cubre de blanco.
Caen las sombras
… y en los charcos,
poco a poco se hace,
un cristalino carámbano.
Son noches de heladas.
Y… aquel niño,
entre pícaras sonrisas,
enrollado en su bufanda,
arrebujado en su raído abrigo,
cavilando… se aleja.
¡Ya es invierno en Fermoselle!
… ¡En Sayago!

Manuel de Fermoselle






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