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ALMA SAYAGUESA
UN SALUDO A LA VELETA

(A la veleta de Luelmo, colocada de nuevo en su lugar)

Vuelves a estar altiva en tu peana
limpia y desnuda a merced del viento.
EL pueblo, tu lección, con gran talento,
comprendió, y apostó de buena gana.

Ha vuelto a ver la luz el peregrino
que a oscuras se quedó buscando el cielo.
Has devuelto la fuerza y el consuelo
para seguir ferviente su camino.

De gala se ha vestido la espadaña.
San Pedro, tu patrón, a buen seguro,
También está contento; pues auguro
que su torre, sin ti, veía extraña.

Vuelves a estar, cual viejo centinela,
oteando sufrida, cuán paciente;
siempre de Norte a Sur, de Este a Poniente
dominando tu amplísima parcela.

Has vuelto a ver tus viejas compañeras
reliquias de los pueblos de Sayago,
cada cuál vigilante de su pago,
unidas por la fe, sin más fronteras.

Lleva la nueva con amor sencillo
a todas tus hermanas sayaguesas;
desde "GRACIA" regazo de promesas,
hasta "NUESTRA SEÑORA DEL CASTILLO"

Y cuéntale; tú que bajaste al suelo
no sabemos si en paz o en son de guerra,
dónde se está mejor, caída en tierra
o en lo alto besando casi el cielo.

Ya puede "Internet", tenaz viajera
mostrarte sin complejos, orgullosa,
en nombre de esta tierra laboriosa,
por todos los confines de la esfera.

Quédate ya por siempre, sin rubor,
en tu puesto envidiable de la altura
adornando tan recta arquitectura.
Y no nos des más sustos. Por favor.

Que seas compañera, noche y día,
del esfuerzo constante de tus gentes;
y seas para todos los ausentes,
la luz para volver. Su norte y guía.

Obdulio HERAS IGLESIAS
2-02-03



Obdulio Heras