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Nuestros pueblos: VILLAMOR DE LA LADRE
Situación: Villamor de la Ladre ocupa una parte importante de las tierras más altas del cuadrilátero granítico de Sayago, es como un mirador que llamase la atención para, desde él, recrearse en la placidez de la penillanura granítica; enrasado sobre los ochocientos un metros de altitud, apenas si te das cuenta de dónde te encuentras, sólo las lejanías brumosas del horizonte te advierten que estás muy cerca del cielo o, por lo menos más cerca. Navas, valles, montes de muchos robles y encinas, paredes interminables, alguna altura aislada que señala las líneas de su relieve te van guiando por la plácida llanura que lleva en su entraña, no sólo la dura compacidad del granito, sino también su esencia y su filosofía. Sólo las primaveras cubren, con rabioso verdor, la total superficie del paisaje, verde que se quema sin arder en los estíos agotadores y en los otoños que llaman con insistencia los primeros fríos.

Origen: "Villa" originariamente era un edificio o conjunto de edificios aislados en el campo con características aptas para satisfacer, además de la exigencia de habitación, la de intendencia para la explotación agrícola. Era la casa rural romana. Estas "villas" aparecen el el bajo imperio. Pero no equivoquemos el término. Demetrio Santos Santos nos comenta que después de la colonización romana que dejó nombres como: Tudera, Monumenta, Cozcurrita, Badilla o Pinilla, la colonización siguiente viene en el siglo IV con las invasiones bárbaras, en el Bajo Imperio. Las "villas" eran grandes caseríos o cortijos, centros de la nueva colonia. De este tiempo o posterior vemos Villadepera, Villardiegua, Villamor de la Ladre, de Cadozos y Villar del Buey. La "villa" romana se transformó en la mayoría de los casos en ciudades menores, mientras que nuestra "villa" era un pequeño asentamiento rural y posiblemente familiar. Tenemos también en Muga y en Luelmo un "Villar" antiguos asentamientos de poblados que han desaparecido. Sin embargo nada o muy poco dicen los filólogos de su apellido Ladre, unos dicen que es oriundo de tierras aragonesas y significa "oriundos de Aladro" lugar despoblado aragonés. Además es apellido vasco. Demetrio Santos dice que el apelativo "de la Ladre" o mejor, "del Aladre", provendrá de "ad latere" (hay otros precedentes), aunque bien pudiera significar "aladre" (palabra árabe) "árbol como encina u olivo"; también García Diego ofrece "aladrar", arar. En todo caso indicará un anejo (de Tudera o de La Muga). Nada nos han aclarado estos señores.

Historia: Villamor aparece en los primeros documentos medievales como AMOR, topónimo que es muchas veces difícil de localizar, porque hay cuatro en nuestra provincia (aparte de topónimos menores). En todo caso Villamor de la Ladre aparece en los primeros años del siglo XIII, dato que coincide claramente con los restos arquitectónicos de la iglesia. Tuvo la categoría de "lugar" como entidad de población. Hay un dato interesante que nos puede dar una pista de su pasado y es la advocación por la Virgen de Mediavilla. Esto, unido a la extraña dispersión del pueblo nos avisa de una posible definición de una de las partes que haya podido ser Villa. Las tierras de Sayago, que fueron, salvo heredades y el señorío eclesiástico de Fermoselle y su tierra, de realengo, nos anuncian que Villamor ha podido disfrutar de esta categoría en algún tiempo. El mismo topónimo de Villa, que enlaza con claros antecedentes medievales, casi en los comienzos de la baja Edad Media le sirve para la tesis de D. Herminio Ramos.

Tierra: Las 1920 hectáreas de su término municipal están enmarcadas por una especie de pentágono irregular, cuyos lados forman los límites con los términos vecinos y con una cierta inclinación de NO a SE, quedando sin embargo uno de sus vértices muy acusado hacia el Sur. Toda esta superficie está dividida por una ancha franja de tierras por encima de los ochocientos metros de altitud, que tiene la dirección NE a SO, y separa, como línea divisoria, las dos vertientes, la del Duero y la del Tormes. La vertiente meridional la forman La Ribera de los Conforcos, a la que se unen por la derecha Los Regaticos muy cerca de la raya del término con Bermillo, entre Valle Grande y la carretera. La otra vertiente, de clara inclinación hacia el NO, la drena el arroyo de Fuente las Tallas, que viene desde el Cupitino y que se une por la derecha al de Vallancho, regato que pasa por la Gargantina y el Manadero. Si nos situamos en el ángulo norte del término en las Tres Rayas (entre el Camino Luelmo y las Chanas), ese rincón lo forma Peña el Forno, y seguimos hacia Peña el Cuervo (cerca del molino de los Mielgos), hemos recorrido uno de los lados del pentágono; desde allí, por la Gavia, bajamos hacia Peña la Campana (abajo del Carrascal), Rita Román, Las LLagonas y la Cabeza, cerro con 805 metros de altitud. Más al sur salimos a Los Campitos (por allá de la carretera, los Campos por el lado de acá). Por Las Encruciadas ,con 801 metros, pasa la carretera hacia Muga, con dirección aproximada hacia el NO. Por Ritalayegua, Valdefuentes, las Olvidas y Peña la Silla llegamos a Rigada, el vértice más meridional del término, donde dobla la raya hacia el NE por los Conforcos, las Fontaninas, el camino Bermillo, el Rodillón y troza Gorda hasta llegar a Ritanabril, y alcanza Carro Zamora, después de marcar otro ángulo y seguir por el Pozaco y los Marcos hasta llegar de vuelta a las Tres Rayas. Ritanabril queda hoy del otro lado de la carretera de Luelmo y el Pozaco, no se sabe muy bien porqué, está hoy en el término de Luelmo. Una parte muy pequeña de esta toponimia está unida a más de un centenar de nombres tales como "Los Cinco Mandamientos", "El Rincón de las Ánimas", "Fuente Carballo", "La Escagalla", "El Carrasquito", "La Asomada", "Fuente la Merced", "Peña la Portilla", "Los Carruqueros", todos ellos cargados de elementos naturales por un lado, históricos por otro, y siempre marcando una etapa de la evolución de una lengua anclada en una zona donde el aislamiento ha dado unas características propias al proceso de su evolución.

Industria: Sin datos.

Monumentos: Aparte de los puentes que existen en el centro del pueblo, hay cuatro puentes de construcción reciente que comunican el pueblo. El más antiguo y que ofrece una arquitectura más característica es el del camino Monumenta, fechado en su baranda en 1933, con unas iniciales DH, Domingo Heras, alcalde en aquellos tiempos. Unas enormes trozas de granito forman su estructura demostrando la habilidad de nuestros antepasados. Más recientes son los puentes del camino Luelmo, del camino Bermillo y de Carro Zamora todos de idéntica construcción y que rondan la década de los 50. El de mayor amplitud es el del camino de Zamora. Ninguno de ellos tenía barandilla. En este año de 1994 han sido restaurados y se han colocado unas trozas formándola en este último. Antiguamente se pasaba el regato por los puntones o por pequeños puentes hechos con lanchas, como el ya desaparecido del Camino de Monumenta.  

Fiestas: El 8 de Septiembre: Feria después de la recolección y fiesta pagana. El pueblo ha tenido vida intensa. Además el día 8 de septiembre se celebraba una feria anual que aglutinaba ganados de todas clases de la comarca, concentrando además uno de los mercados más importantes de Sayago en lienzos bastos, lanas hiladas de todo tipo para mantas del país, costales y alforjas. Además era el mercado de estopa más reconocido y variado, según nos indica el diccionario de Madoz de mediados del siglo XIX. Es de señalar que viene aún indicado en el calendario zaragozano, tan codiciado por nuestros abuelos para guiarse en las lunas y en el tiempo. Al occidente de Sayago existía una proliferación de ferias anuales o semestrales que corresponden con las fiestas de los pueblos. Hay un breve artículo del siglo XVIII, una circular remitida en septiembre de 1786 desde la Dirección General de Rentas solicitando información sobre las ferias y mercados de la provincia de Zamora. En el partido de Sayago cita: Argañín el 24 de agosto, Fariza el 25 de marzo, Fermoselle del 1 al 4 de septiembre, Gamones el 25 de abril, Muga el 15 de enero y el 19 de septiembre, Villamor de la Ladre el 8 de septiembre y Villamor de Cadozos el 11 de Junio y el 15 de agosto. Hoy, todas estas ferias y otras que se generaron después como el veinte o el primero perviven en el recuerdo y han ido desapareciendo poco a poco. La mayor fiesta religiosa del lugar es el ofertorio a la Virgen de Mediavilla el último domingo de septiembre (hoy se está cambiando la fecha ya que los emigrantes no podrían asistir a ella). Los ofertorios se hacían a la terminación del ciclo agrícola y eran generalmente de centeno, a veces garbanzos u otros frutos de la tierra. Hoy día suelen ser de dinero. Antiguamente algunos ofertorios tenían carácter de obligatoriedad pues inicialmente respondían a un mandamiento de la iglesia: dar los diezmos y las primicias. Otros eran de carácter voluntario; la pareja de oferentes recibían el nombre de padrino y madrino, a ellos se unían cuantos vecinos lo deseasen. El festejo transcurría así: en primer lugar misa grande o solemne, seguida de la procesión y a veces de baile. A las cinco de la tarde, santo rosario en la ermita seguido del ofertorio propiamente dicho. Acompañado del toque de gaita y tamboril los devotos desfilan ante la figura de la Virgen que se ha sacado del santuario colocándola en el camarín o en el Portal y entregando las ofrendas. En un principio se subastaban los productos ofertados y más tarde se rifan, o bien con números o con nombres que se apuntan en un cuaderno y que más tarde se recortan. Los ofertorios eran grandes fiestas que atraían gentes de otros pueblos.

Anécdotas: "En el año 1827 en virtud de las diligencias practicadas por mi el infrascrito párroco y con licencia del Illmo S.D. Tomás de la Yglesia y España los vecinos de este pueblo compraron una cruz de plata que costó cuatro mil y seiscientos ochenta y seis rs.pª razón de facer a la fábrica de esta yglesia de las alajas q´pª contribución en el año 1810 sacaron de la yglesia...los cuales componían igual cantidad. Y debe añadirse a las alajas de plata un cáliz sobredorado de peso de veinte y siete onzas que costó mil trescientos ochenta y tres reales y es donación hecha a esta yglesia de Villamor de la Ladre por la capellanía de los Stos Cosme y Damián con su patena y cuchara".